15. hondarribia – akotz (donibane lohizune)


unas dunbas, una historia de corsarios y una nave de terranova


Aparentemente, tenemos por delante una etapa tranquila. Aparentemente…

Empezamos sin ningún esfuerzo

Cruzamos la ría del Bidasoa en el barco lanzadera que une Hondarribia con Hendaia en pocos minutos.

unas dunbas

Dunba Zabal y Dunba Luzie nos saludan

Comenzamos la caminata por el cómodo paseo de la playa de Ondarraitz y no tardamos en reconocer la silueta de los dos peñascos que emergen del Atlántico: Dunba Luzie y Dunba Zabal.

Según los geológos se trata de dos islotes rocosos que se desgajaron de la costa ante el avance de la erosión del litoral.

Pero, a nosotros, nos gusta más reparar en las antiguas leyendas de nuestra mitología que nos explican, a su ancestral manera, el origen de estas dunbas.

Parece ser que un jentil (los gigantes de nuestra mitología) viendo que la era del cristianismo era imparable, decidió destruir la catedral de Baiona lanzando estas enormes rocas sobre el templo. Se subió a una montaña y con la ayuda de una honda lanzó las rocas. En el momento del lanzamiento, el gigante resbaló con una boñiga y por ese motivo las rocas fueron a caer en este rinconcito de la playa de Hendaia.

DUNBA-DUNBA
¿Por qué se conoce a estos islotes como Dunbas?
Pues siguiendo con la leyenda, parece ser que el sonido que hicieron las rocas cuando el jentil las lanzó sugirieron el sonido de un cencerro: DUNBA-DUNBA. Y de ahí su nombre. Dunba Luzie y Dunba Zabal (La Dumba Larga y la Dumba Ancha).
El castillo de la Abadia se alza sobre la cornisa.

Dejamos los secretos míticos del cabo de Santa Ana de lado y continuamos caminando, sin pérdida, siguiendo el sendero. Nos adentramos en el espacio protegido de la Abadia donde se alza, en la cima de su colina, un extraño castillo de aspecto incongruente en este mundo de acantilados y baserris.

Aunque hoy no tengamos tiempo, merece mucho la pena visitar este monumento neogótico, no sólo por el castillo en si, sino también para conocer la historia de su percusor: Antonine d´Abbadie, un inquieto explorador y personaje fundamental de nuestra historia de vivió entre los años 1810 y 1897, de madre irlandesa y padre zuberotarra.

una historia de corsarios

Aquí vamos, imaginando historias de piratas…

Y continuamos la ruta.

Pasamos junto a la bahía de Loia, donde se ubica el islote de Txurruka, que guarda celosamente viejas historias de corsarios y piratas que hicieron de esta pequeña playa su refugio. Dejamos volar nuestra mente e imaginamos las correrías que, por estos lares, debieron de protagonizar bucaneros de leyenda, comno Ixtebe Pellot, Michel Le Basque o Juanes de Suhigaraychipi, conocido como Le Coursic.

LE COURSIC. 
Al pasar por el islote de Txurruka recordamos la curiosa historia de Joanes de Suhigaraychipi, o como todos lo conocían: Le Coursic, un famoso corsario vasco del siglo XIV.
Al mando de la fragata Legère y con patente de corso concedida por el rey Louis XIV, Le Coursic atacaba las flotas españolas, holandesas e inglesas. Se dice que en 6 años capturó más de 6 buques mercantes, lo que le valió la concesión de varios títulos de nobleza por parte de la corona.
Su socio era el gobernador de Baiona, que costeaba el 50% del armamento. Su nave contaba con nada más y nada menos que 24 cañones.
Terminó su carrera y sus días en Terranova, protegiendo los barcos vascos y bretones cargados de bacalao de los ataques ingleses.
Está enterrado en Placentia (Terranova) y en su lápida se puede leer que este capitán de fragata persiguió, en nombre de su príncipe, a los enemigos hasta su misma guarida.
Curiosa manera de describir la profesión de pirata...

Y así, entre historias de corsarios y piratas, (cuya diferencia principal reside en que los corsarios actuaban con la autorización del Gobierno, mientras que los piratas operaban de forma independiente y al margen de la Ley).

Y con estas historias divagamos hasta alcanzar la carretera conocida como Cornisa Vasca: una especie de balcón natural, colgado entre el mar y la montaña.

La Corniche es sinónimo de acantilados abruptos cubiertos de hierba alta, paredes de flysch y el Atlántico rompiendo fuerte contra los precipicios.

Y estos son los ingredientes perfectos para que muchas veces nos encontremos este tramo en obras.

¿POR QUÉ TANTAS OBRAS?
Fruto de la erosión del terreno, los acantilados de La Corniche, cambian, se mueven y se desgastan. Cada año, las lluvias, el embate de las olas y el viento debilitan el terreno provocando deslizamientos.
Además, se trata de un espacio natural protegido, por lo que hay planes activos para proteger las zonas sensibles durante ciertas épocas del año.
Y parece ser que la idea de transformar esta vieja carretera costera en un eje verde, más accesible para bicis y peatones, cada vez gana más fuerza.
Y ese cambio lleva su tiempo... y sus máquinas.

Aunque esté en obras, aunque no sea perfecta, disfrutad de esta carretera panorámica.

Y sobre todo, extremad la precaución en los tramos más expuestos del recorrido.

una nave de terranova

Donibane Lohizune (San Juan de Luz)

Y casi sin darnos cuenta, empiezan a asomar las casas blancas, con sus contraventanas rojas, verdes o azules, las redes que todavía se remiendan a pie de puerto, los paseos frente al océano…

Estamos en Donibane Lohizune, un lugar para quedarse un largo rato.

Cuesta imaginar que en 1749 casi fue borrado del mapa debido a una fuerte tormenta que destrozó el puerto y arrasó buena parte del pueblo.

Desde entonces unos diques colosales protegen la bahía y sus habitantes viven algo más en calma con el mar.

En su casco antiguo, todavía se puede ver algún donibandarra enfundado en su txapela que se acerca a la panadería a comprar el pan y un trozo de pastel vasco; pero la gran mayoría son turistas… y nosotros, con mochila y zapatillas de monte.

En el centro del casco antiguo, escondida entre callejuelas de contraventanas rojas y toldos de creperías discretas, casi casi pasa desapercibida San Juan Bautista. Una fachada austera, sin florituras y, sin embargo, estamos ante una de las iglesias más bonitas de Euskal Herria.

La maqueta del barco de Terranova cuelga del techo

Lo primero que se siente al entrar es la madera.

Puede que su interior nos recuerde a la quilla de un gran navío invertido y puede también que esto no sea casualidad, ya que fueron los carpinteros que se dedicaban a construir barcos los mismos que construyeron este templo. Destacamos las galerías laterales de tres pisos destinadas a los fieles de sexo masculino, mientras que las mujeres ocupaban la planta baja durante los oficios.

¿Y que nos decís del barco que hay colgado en una de las capillas laterales?

Se trata de la maqueta de la réplica de un barco traído desde Terranova. La historia cuenta que un grupo de marineros de Donibane se enfrentó a una tormenta brutal mientras faenaban en las aguas heladas canadienses. (A estas alturas ya sabéis que los vascos eran muy dados a pescar bacalao y cazar ballenas por estos lares).

Bien, pues cuando estaban rodeados por el oleaje y ya sin esperanza, hicieron la promesa de que si salían de esa con vida llevarían una ofrenda a la iglesia de su pueblo.

Sobrevivieron.

Y cumplieron su promesa.

Construyeron con sus propias manos la réplica de aquel barco y la colgaron en el templo como símbolo de gratitud.

Y UNA BODA REAL.
Quizás tampoco lo esperabais, pero aquí dentro tuvo lugar un evento que selló la paz entre la corona francesa y la corona española. En 1660 aquí se casaron Luis XIV (el rey sol, le llamaban)y la infanta española Mª Teresa de Austria.
Dicen que tras la ceremonia, la puerta por la que salió el rey se clausuró para que nadie más pasará por ella
Excentricidades de las celebrities...

Y con estas curiosidades de nuestra historia, estamos llegando al final de nuestra etapa.

Una de las playas de Akotz.

Akotz es un barrio de Donibane Lohizune.

No es famoso.

No lo encontrareis en postales.

Y quizás esa sea su magia.

Además tiene playa, perfecta para poner el broche de oro a la anteúltima etapa.


¿MOCHILA PREPARADA? ¿BOTAS DE MONTE LISTAS? ¡SÓLO HAY QUE DARLE AL CLICK!

Hoy, cruzamos a través de la ría del Bidasoa a tierras labortanas. Si queréis acompañarnos ¡adelante! tenemos lista para descargar 👉 15. etapa: HONDARRIBIA – AKOTZ (DONIBANE LOHIZUNE)

Nuestro periplo llega a su fin. Si habéis llegado hasta aquí, no podéis perderos 👉 la última etapa.


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