9. ondarroa – deba


UN PERROCHICO, UNOS AMMONITES GIGANTES Y EL AMAZON MEDIEVAL

Empezamos en Bizkaia y terminamos en Gipuzkoa. Cruzamos el ecuador de nuestro periplo por la Costa Vasca, ansiosos por descubrir nuevas historias de nuestro litoral. Esperamos que vosotros también queráis seguir acompañándonos.


ondarroa

En el último recodo de la ría del Artibai, alzada en un espolón vigila desde 1480 la iglesia de Santa María. Admiramos en una de las portadas del templo el escudo con castillos y leones, claro ejemplo de que gozaba de la protección de la Corona de Castilla. Sin duda, es un buen lugar para empezar nuestra etapa. Continuamos hacia el puerto y damos de lleno con Itxas Aurre, el costillar metálico de color blanco que diseñó Calatrava para cruzar la ría. Pero, no, nosotros no vamos a cruzarlo. Elegimos otra pasarela, la de Perrochico, otrora giratoria, que debe su nombre a los cinco céntimos (perra chica) que había que pagar para cruzarlo. Que nadie se estrese, no hay que abordar la colección de monedas antiguas de vuestras abuelas, hoy es gratis.


saturraran

Cruzamos, pues, a Algorri, la playa de Ondarroa. Un breve paseo y pasamos a tierras «giputxis», concretamente a la playa de Saturraran. Un escenario de belleza inquietante, presidido por una gran roca que esconde un mito. Os lo contamos:

Cuenta la leyenda que Satur y Aran eran dos jóvenes enamorados. Satur, marinero, salía a navegar todos los días y Aran esperaba en la playa su regreso. Un día de tormenta Satur no volvió. Aran desconsolada pidió al mar que también se la llevara a ella. Aquella misma noche apareció la gran roca, que según el mito se formó con los amantes Satur y Aran.

De verdad, acercaos a admirar su belleza y a intentar intuir los rasgos de Aran en la gran roca, mientras disfrutáis de la multitud de calas que se forman cuando baja la marea.

LA HISTORIA SATURRARAN 
De una época resplandeciente a una desagraciada decadencia.
En el S. XIX, en pleno auge de la Belle Époque, esta playa albergó un afamado hotel-balneario. Este edificio se convirtió en un cuartel durante la Guerra Civil y posteriormente pasó a ser una cárcel de mujeres (1938-1944). Miles de mujeres pasaron por aquí durante este duro y oscuro periodo de nuestra historia. Actualmente no queda vestigio alguno de este edificio, en su lugar podemos encontrar una escultura de Nestor Basterretxea, en recuerdo y homenaje a las miles de mujeres que pasaron por allí durante los peores años de la Guerra y la dictadura.

mutriku

Dejamos atrás la playa y cogemos altura por un sendero que se adentra en el bosque. Disfrutamos de las vistas hasta Mutriku. Lo primero que vemos son las piscinas naturales. ¡Qué maravilla! Nos hacen un guiño invitador para darnos un baño, y así lo hacemos. Desde aquí es evidente por qué este pueblo está volcado al mar, no queda otra, sus edificios han tenido que apelotonarse en una ladera muy inclinada hacia el mar, colgados hacía la bahía. De ahí sus historias de ilustres pescadores, marinos, balleneros e incluso comerciantes que se enriquecieron en las rutas del océano. Esto dio lugar a que linajes aristocráticos construyeran palacios y casas torres que todavía se conservan, como el rascacielos medieval de Berriatua, una torre de arenisca que desde hace medio milenio se alza sobre el puerto. Consta que resistió al incendio devastador de 1553 y por eso se la conoce como Sulengua «la anterior al fuego».

Pero Mutriku tiene una sorpresa más para nosotros. Si coincide que hacéis esta etapa el fin de semana, visitad el MUSEO NAUTILUS (https://www.mutriku.eus/es/turismo/que-hacer-mutriku/museo-nautilus).

Resulta que Mutriku forma parte del denominado Geoparque de la Costa Vasca y lo que lo hace tan especial es la gran cantidad de ammonites que se han encontrado en este tramo de costa de lulitas calcáreas de color oscuro (flysch negro, como el que ya visitamos en nuestra etapa de 3. plentzia-bakio). Si tenéis la oportunidad de verlos, no os los perdáis, su gran tamaño, peso y conservación son asombrosos.

  ¿QUÉ SON LOS AMMONITES?
Son un grupo de animales fósiles de gran importancia en Paleontología. Eran moluscos con la concha en forma de espiral. Los primeros aparecieron hace unos 400 millones de años durante el Devónico y se extinguieron durante la gran crisis que marca el final del periodo Cretácico, hace 65 millones de años.

deba

Un último esfuerzo para coger altura, la etapa transcurre ahora por barrios con increíbles vistas al mar. Pasamos varios baserris ajenos al barullo de la grandes ciudades, y protectores de las costumbres de antaño. Como este baserri que todavía conserva los «belar-metak».

BELAR -META
Pajar o montón de hierba al descubierto, una manera de almacenar hierba con el fin de alimentar al ganado durante el invierno. Se construye partiendo de un largo tronco de madera colocado en vertical, donde se va apilando y pisando la hierba cortada a su alrededor.

Y ya estamos. Desde lo alto oteamos el puente «de las 800 piedras», orgullo de la localidad de Deba. Este viejo viaducto colapsó en 2018 y ha sido reconstruido alternando técnicas del siglo XIX y tecnología vanguardista.

La desembocadura del río Deba es hoy un lugar apacible, pero durante siglos fue un hervidero comercial. Hasta aquí llegaban por el río más de cien barcazas diarias, cargadas con los productos de las ferrerías cercanas (armas, herramientas, aperos), con cereal del interior o con lana de la meseta que se exportaba a Flandes. De regreso las barcazas remontaban el río con hierro bruto para las ferrerías o bacalao que se transportaba a Gasteiz y Logroño. En su puesto fondeaban galeones venidos de muchos países, porque constituía un mundo crucial en una de las rutas más transitadas de Castilla y también de Europa. Pues eso, era el Amazon de la época medieval.


Si queréis realizar esta ruta, pinchad aquí.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

error: Content is protected !!