alto asón


¿Os suena el Alto Asón?

El Alto Asón, situado en el oriente de Cantabria, es uno de los secretos mejor guardados para los amantes de la naturaleza, el turismo rural y la gastronomía. Esta comarca, atravesada por el río Asón, ofrece montañas de piedra caliza, prados infinitos, picos que parecen rozar el cielo como el San Vicente, cuevas prehistóricas, cascadas impresionantes y pequeños pueblos llenos de encanto.

En esta guía encontraréis lo mejor que ver y hacer en el Alto Asón.

Hoyón de saco: las grietas del suelo kárstico del Alto Asón que parecen una puerta al infamundo.
Hoyón de saco: las grietas del suelo kárstico que parecen una puerta al infamundo.

EL MAPA DE ALTO ASÓN

Empezamos en Ampuero, sin prisa, disfrutando de los placeres de una estrella Michelin. Continuamos por Ramales de la Victoria que nos sorprende con la Sierra del Hornijo presidida por el Pico San Vicente (el cervino cántabro, le llaman) y por las ciervas rojas dibujadas en una de sus cuevas. El broche final es para el Parque Natural de los Collados del Asón. Si todavía no lo conocéis, os enamoraréis de él. Si ya habéis estado, sabéis de que hablamos.

Un mapa muy "open your mind traveling" del Alto Asón
Un mapa muy «open your mind traveling» del Alto Asón

LA SOLANA (Ampuero)

“UN RESTAURANTE CON ESTRELLA MICHELIN»

En el Alto Asón se come muy, pero que muy bien.
La anchoa del Cantábrico con su fósil y mantequilla pasiega
Restaurante la Solana. El mejor del Alto Asón
Bacalao, cebolla y trufa. TOMA YA!

Nos da vergüenza empezar este viaje por el Alto Asón sentados en al mesa en la primera parada. Así, sin habérnoslo ganado. Sin haber sudado ni una gotita la camiseta.

Pero no siempre se presenta la oportunidad de poner un pie en un territorio y que en el primer sitio que visitas haya un restaurante con estrella Michelin.

Y a nosotros no nos gusta desperdiciar oportunidades…

Y como entendemos que a vosotros tampoco, si venís a Ampuero, tenéis que acercaros al Restaurante La Solana: uno de esos sitios que te hacen sentir especial desde que entras, pero sin el postureo insoportable de algunos sitios finos. Aquí hay producto de temporada, los platos parecen obras de arte y te hacen sentir en casa.

SIERRA DEL HORNIJO (Ramales de la Victoria)

LA DAMA ROJA

Cueva Baranda y Cueva de la Luz (Ramales de la Victoria- Alto Asón)
Cueva Baranda y Cueva de la Luz (Ramales de la Victoria)

La Ruta de la Dama Roja en Ramales de la Victoria no solo es un sendero precioso entre hayedos y riachuelos, también es un viaje en el tiempo… ¡DE 18.000 AÑOS!

No, no exagero.

El nombre de esta ruta nos trae a la memoria a una mujer que fue enterrada en la cercana cueva de El Mirón, muy cerca de Covalanas (la veremos más adelante).

Esta Dama tenía unos 35 años, medía 1,60 m y pesaba 56 kg. La colocaron de costado con las piernas flexionadas, y sus huesos estaban cubiertos de ocre, señal de que aquel enterramiento se llevó a cabo con ritual muy cuidado. Todo un misterio prehistórico que ahora acompaña esta 👉 Ruta circular de la Dama Roja.

EL HAYAL DE ANCILLO

Pasear por el Hayal de Ancillo es terapia forestal gratis.

Bueno, el único precio que hay que pagar es el de subir las cuestas que nos llevan desde la Plaza de Ramales de la Victoria hasta las faldas del Pico de San Vicente.

A partir de ahí, lo dicho, un espacio para relajarse y olvidarse de los problemas.

Incluso si te os por abrazar una de estas hayas trasmochas que parecen extenderos sus ramas, tranquilidad, aquí no se juzga a nadie.

Para atravesar este bosque de cuento, solo tenéis que descargaros 👉 La ruta circular del Hayal de Ancillo.

  ¿QUÉ SON LAS HAYAS TRASMOCHAS?   

¿Alguna vez os habéis preguntado por qué algunas hayas tienen formas tan misteriosas y retorcidas? La respuesta es que son trasmochas, es decir, que han sido podadas de una manera muy particular, con un propósito muy claro.
Esta práctica comenzó a extenderse con la Corona de Castilla a partir del siglo XVI. El objetivo estaba muy claro: obtener madera curva para la construcción de barcos, producir carbón vegetal para las ferrerías, y permitir el pastoreo en los bosques sin perder recursos madereros.
Todo empezó con una ordenanza de los Reyes Católicos en 1496, que impulsó el uso del trasmocho como técnica forestal. ¿Y en qué consistía? Primero se sembraban los árboles en viveros, y cuando alcanzaban unos 10 años, se trasplantaban en el monte. Allí se protegían del ganado con arbustos espinosos, como el espino albar (Crataegus Monogyna).
A los 20 - 30 años se realizaba la primera poda.
El truco estaba en dejar dos ramas clave: la horca, una rama lateral que crece paralela al suelo, y el pendón, una rama vertical o inclinada. Esta forma permitía obtener esas deseadas piezas curvas tan útiles en la industria naval.
Aunque hoy asociamos el trasmocho con las hayas, no siempre fue así. Entre los siglos XVI y XIX, los árboles más utilizados para esta técnica fueron los robles, los castaños y los quejigos. Las hayas eran minoría.
Entonces, ¿por qué ahora vemos sobre todo hayedos trasmochos?
La respuesta es simple: los bosques de robles y castaños fueron sustituidos por plantaciones de pinos y eucaliptos, especies de crecimiento rápido pero poco adaptadas al frío. En cambio, los hayedos trasmochos sobrevivieron en zonas más altas y frías, donde ni el pino ni el eucalipto soportan las duras heladas del invierno.
Y aunque hoy en día el trasmocho ya no se utiliza como técnica forestal (probablemente porque ya no necesitamos crear formas curiosas para que los árboles hagan lo que queramos), nos ha dejado bosques que parecen de otro planeta.
Adentrarnos en un hayedo trasmocho, con sus formas retorcidas y sus ramas imposibles, no solo es recorrer un cachito de historia, también es adentrase en rincones que parecen encantados, como si un espíritu del bosque pudiera aparecer en cualquier momento, ¿no creéis?

CULLALVERA Y COVALANAS

“PINTURAS RUPESTRES PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD»

El acceso a la cueva de Covalanas
Una de las ciervas rojas.

Las cuevas de Cullavera y Covalanas son un tesoro.

Las dos están muy cerca y ambas se pueden visitar.

Nosotros os vamos a hablar principalmente de Covalanas, la que está en la ladera del Monte Pando, la de las ciervas rojas.

Y es que esta cueva se conoce así y el motivo no es otro que el de sus pinturas rupestres.

Pero, la cueva de Covalanas también sorprende por sus formaciones naturales únicas: las coralinas.

  ¿QUÉ SON LAS CORALINAS? (Para las que no entendemos de geología)   

Bien, son unas curiosas estructuras calcáreas, formadas durante miles de años que se entrelazan con las figuras que pintaron nuestros antepasados. De esta manera, se crea un efecto visual que parece dar movimiento y vida propia a las ciervas rupestres.

Y, como siempre, la única manera de entender lo que os estamos contando, es que lo vengáis a verlo con vuestros propios ojos. Las guías os contarán cómo, jugando con la luz y la perspectiva, lograron el efecto de que las ciervas parecieran moverse, ademas de algún que otro secreto.

Para reservar vuestra visita, es AQUÍ.

NACIMIENTO DEL ASÓN

«UN ENCUENTRO CON LA MITOLOGÍA CÁNTABRA»

Aquí empieza su recorrido el río Asón

Muy cerquita podemos acercarnos al mirador del nacimiento del río Asón,

Aunque hoy el día esté gris y la lluvia no de tregua, no importa (¿para qué se inventó el Gore-Tex?).

De hecho, es mejor así porque el salto de agua es más impresionante.

Y aprovechando que la niebla envuelve el paisaje creando un halo misterioso, vamos a contaros una leyenda relacionada con este lugar.

  LA ANJANA DE CABELLO PLATEADO   

Dicen que no estamos solos, que el Salto del Asón, con su caída de agua elegante, es en realidad el cabello de una Anjana, uno de los seres mitológicos más queridos de Cantabria. Una especie de hada, protectora de los bosques.
Nos cuentan que la Anjana tiene el pelo, largo, plateado y brillante, como el agua que tenemos delante de nuestras narices, y se lo peina cada amanecer con un peine de oro. De ahí que el agua parezca caer con tanta suavidad, como si estuviera desenredando mechones al viento.

COLLADOS DEL ASÓN

«ENTRAMOS EN EL PARQUE NATURAL»

Donde perderse es hasta divertido
Esto si que es un planazo.

No se nos ocurre mejor manera de adentrarnos en este paisaje kárstico que una ruta circular. Esta vez, nos llevamos a 3 amigos (2 de ellos con 2 patas, otro, con 4).

Hoy nada de linternas, cuerdas ni casco. Hoy caminaremos por la superficie, aunque uno de estos amigos sea un experto en el mundo subterráneo que tenemos bajo nuestros pies.

Mientras caminamos entre las impresionantes esculturas naturales, él nos sumerge en historias de las veces que se ha pasado explorando las cuevas ocultas, laberintos secretos que sólo unos pocos valientes conocen.

Y así discurre la ruta, disfrutando del paisaje “de arriba” mientras flipamos con las aventuras subterráneas, en un combo perfecto entre naturaleza visible y misterios ocultos.

Si queréis vivir esta experiencia, no os vamos a dar el contacto de nuestro amigos, pero si que os dejamos esta ruta 👉 Vuelta a la colina lista para descargar.


LA AVENTURA CONTINUA

  • Y ya que estamos ¿Por qué no subimos el Puerto de Lunada y pasamos a los Valles Pasiegos?
  • Otra opción, muy pero que muy apetecible es la de pasar a Burgos (a través del Portillo de Lunada o del Portillo de la Sía a Espinosa de los Monteros) y disfrutar de Las Merindades.

¡ADELANTE, ES VUESTRO TURNO!

Si habéis llegado hasta aquí es porque preferís estar descubriendo el mundo que en el sofá viendo Netflix. Entonces, seguro que tenéis algún secreto confesable sobre estas tierras o alguna anécdota relacionada con alguna vaca tudanca que queréis compartir con nosotros.


Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

error: Content is protected !!