barranco del río dulce


AL NORTE DE GUADALAJARA SE EXTIENDE EL BARRANCO DEL RÍO DULCE. UN PEQUEÑO PARQUE NATURAL DONDE SE OCULTA UN CAÑÓN SALVAJE CORTADO EN ROCA VIVA.

UN LUGAR DIGNO DE DOCUMENTALES AL MÁS PURO ESTILO DE FÉLIX RODRÍGUEZ DE LA FUENTE.

El cañón de Pelegrina: la joya del parque natural del Barranco de Agua Dulce (Guadalajara)

CASTILLO DE PELEGRINA

«UNAS RUINAS CON MUY BUENAS VISTAS»

Pelegrina y su castillo en la entrada de la hoz.
Acceder a las ruinas del castillo es imprescindible.

Empezamos fuerte.

Nos acercamos a Pelegrina, diminuto pueblo de Guadalajara, en pleno corazón del Parque Natural del Barranco del Río Dulce.

Aquí, encaramado a la roca, asoma su silueta el Castillo de Pelegrina, majestuosos, desgastado y con vistas espectaculares.

Una mole medieval del siglo XII construida por la  Orden de Calatrava (los caballeros medievales, no el del aeropuerto de Bilbao) que sirvió para vigilar estas tierras. Fue testigo de guerras, reconquistas y, si hacemos caso a la leyenda, de alguna que otra historia de amor truncado con final dramático (porque todo buen castillo tiene que tener su leyenda).

Desde sus ruinas —accesibles y gratuitas— con las botas de monte bien atadas, la cantimplora llena y el viento en la cara, divisamos nuestro siguiente objetivo.

HOZ DE PELEGRINA Y CASCADA GOLLORIO

“EL GRAN CAÑÓN DE… GUADALAJARA»

Todo OK desde las alturas.
Cuando la cascada no aparece también es bonita la roca, ¿no?

Después de visitar las ruinas del castillo, toca entrar en materia: nos adentramos en la Hoz de Pelegrina.

Recorremos la garganta de piedra caliza excavada durante miles de años por el paciente (y constante) río Dulce. Por fuera, solo se ven paredes de piedra que se alzan casi en vertical, pero cuando nos adentramos, el paisaje se convierte en un paseo con curvas caprichosas, recovecos y hasta un microclima que hace que la vegetación se ponga guapa.

El punto estrella es la Cascada del Gollorio, un salto de agua de más de 50 metros que aparece cuando ha llovido lo suficiente.

Hay quien dice que en días de niebla se escuchan voces entre los riscos. .A nosotros nos ha tocado un día soleado y no hemos podido comprobarlo, pero probablemente lo que se oiga sea el viento o el típico excursionista que grita “¡ECO!” desde el mirador.

Si queréis comprobarlo por vuestra cuenta no tenéis más de pinchar en 👉 Ruta circular por la Hoz de Pelegrina y Cascada del Gollorio (Wikiloc)

MIRADOR DE FELIX RODRIGUEZ DE LA FUENTE

“UNA INVITACIÓN A PROTEGER LA NATURALEZA”.

Un mirador para un paisaje de cine de documental.

Si la Hoz de Pelegrina ya es un espectáculo para los sentidos, el mirador Félix Rodríguez de la Fuente es su altar sagrado.

Este rincón, al borde de la carretera GU-118, es mucho más que un simple balcón con vistas: es un homenaje al hombre que convirtió la pasión por los animales en un legado eterno.

Félix no era solo un naturalista; era un alquimista que transformaba la naturaleza en poesía audiovisual. Aquí rodaba sus documentales, esos que nos hacían creer que los animales hablaban si sabías escucharlos. Desde este mirador alza el vuelo el buitre leonado, los álamos danzan al viento, el río Dulce serpentea sin prisa y nosotros respiramos hondo y sentimos la llamada de la naturaleza que él tanto defendió.

SIGÜENZA

“ARTE ROMÁNICO, GÓTICO Y POSTUREO PATRIMONIAL”.

Catedral de Santa Maria de Sigüenza (dentro aguarda el doncel).
Explorando las calles medievales

Vale. Nos habéis pillado.

Sigüenza no está dentro del Parque Natural del Barranco del Río Dulce.

PEEEEEEERO

La incluimos en la ruta porque es la gran joya urbana de la zona y queda a un paso (aprox. 10 minutos en coche de Pelegrina).

Así que Sigüenza no está dentro del parque, pero si dentro del plan.

8 RAZONES POR LAS QUE SIGÜENZA MERECE MÁS HYPE DEL QUE TIENE
  • Ubicación estratégica. Ya los celtíberos montaron aquí su poblado (Segontia) , después llegaron los romanos con sus sandalias y dijeron “¡Esto también nos lo quedamos!. Después llegó el turno de visigodos, musulmanes… todo el mundo ha querido controlar este cruce de caminos con vistas.
  • Reciclada como ciudad de obispos guerreros y… ¡templarios!. En el siglo XII llegaron los cristianos y los obispos no solo rezaban: fortificaron, manejaron el cotarro y se aliaron (o rivalizaron) con los templarios. Leyendas de túneles, símbolos y reliquias escondidas… ¡Ay si las piedras hablaran!
  • Castillo episcopal: trono, fortaleza… y hoy, hotel con vistas. Construido sobre restos árabes, este castillo fue la sede del poder eclesiástico durante siglos. Desde aquí mandaban los obispos con más autoridad que muchos reyes. Hoy es un parador nacional, así que puedes dormir como un señor feudal (pero con desayuno buffet).
  • Catedral de las que se hacen notar. Empezaron a construirla en el siglo XII y no pararon hasta el XVII. Románica, gótica, renacentista, barroca… como un resumen de arte en piedra. También fue fortaleza, refugio, bastión, lugar de culto… y hoy escenario de cientos de fotos.
  • El Doncel. El joven Martín Vázquez de Arce murió en batalla, pero en su tumba ha quedado inmortalizado en armadura, reclinado, leyendo un libro como quien espera su café. Su estatua es uno de los retratos funerarios más famosos de Europa.
  • Educación y cultura. Sigüenza tenía universidad cuando otros pueblos aún estaban descubriendo las vocales. Aquí se formaban nobles, diplomáticos y algún que otro clérigo con ambiciones celestiales.
  • Murallas, callejuelas y túneles secretos. Perderse por su casco histórico es como colarte en una novela histórica con toques de thriller templario. Todo suena a intriga, y todo tiene historia. Además, según los rumores, hay pasadizos escondidos que comunican iglesias con el castillo. ¿Será verdad?
  • De película. Sus calles y monumentos han sido escenario de películas, series, documentales y más de una boda con aires medievales. Hoy Sigüenza mantiene su alma medieval casi intacta. Así que si venís con capa y espada, no desentonaréis.

¿GANAS DE MÁS?

Si os ha gustado descubrir el Barranco del Río Dulce y la joya de Sigüenza, preparaos porque no muy lejos de aquí, entre las provincias de Guadalajara y Cuenca, nos esperan paisajes que parecen sacados de otro planeta, más cañones e historias.

Si queréis seguir explorando el Alto Tajo os espera.

El próximo nivel de aventura es, AQUÍ.


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