EMPIEZA LA AVENTURA.
CAMINATAS POR LA JUNGLA, ENCUENTROS CON ELEFANTES
Y VENERADOS TEMPLOS,
EL NORTE TRIUNFA ENTRE LOS QUE AMAMOS EL LADO MÁS SALVAJE DE TAILANDIA.

Chiang Mai, así como otras provincias del norte del país, tiene más vínculos históricos con el estado de Shan de la actual Myanmar, vecindades de Laos e incluso con las montañas del sur de China que con Bangkok y el centro de Tailandia.
wat phra that doi suthep



El Templo de la Montaña es uno de los más sagrados del norte.
Es una visita imprescindible.
Para llegar a la cumbre hay que subir 306 escalones o tomar un funicular.
Aconsejamos subir las escaleras, puesto que están ideadas como ejercicio de meditación.
Al fin y al cabo, ejercicio….
EL ELEFANTE BLANCO
El templo fue fundado en 1383 y sus orígenes están teñidos de un misticismo sorprendente:
Un monje llegado de Sukhotai aconsejó al rey de Lanna fundar un templo con la milagrosa réplica de una reliquia de Buda, conservada en el Wat Suan Dos. La réplica se cargó a lomos de un elefante blanco, que vagó por la montaña hasta caer muerto en este lugar, "el elegido" para construir el templo.
En la terraza de la 1ª planta, la estatua del elefante blanco flanquea la entrada. Además de esta simbólica figura, podemos observar otras muy llamativas, como la de Brahma o la réplica del Buda Esmeralda (si, si, el mismo del que hablamos en nuestra visita al Palacio Real de Bangkok).
En la 2ª planta hay una pintoresca chedi dorada que conserva la reliquia de Buda; la corona, una sombrilla de cinco niveles, conmemora la independencia de la ciudad del dominio birmano y su unión con Tailandia.
Rodeando el templo encontramos una serie de pequeñas campanas (se pueden tocar, y de hecho, os animamos a que lo hagáis puesto que traen «buena suerte») Además de pinturas murales, pequeños pabellones de tejados rojos y un mirador con espléndidas vistas sobre Chiang Mai… salvo que la niebla haga su presencia.
santuarios de elefantes

Sabemos que todos nos gustaría surcar la jungla a lomos de estos preciosos gigantones. Sin embargo, debemos saber, que detrás de esta experiencia, se encuentra el maltrato animal. Los elefantes están encarcelados en campamentos y entre sus quehaceres diarios están el jugar a fútbol delante de los móviles de los turistas, pintar cuadros con sus trompas, poner un sombrero a un señor de Alemania y dar un beso a la señora australiana. ¿Y cómo llega un animal de 5 toneladas a obedecer a una persona de 50 kilos? Creemos que la respuesta está en el maltrato y la crueldad.
Pero, tranquilos, podemos disfrutar de los elefantes en este país gracias a empresas pioneras cada más concienciados con este problema. Se trata de reservas para paquidermos heridos y rescatados donde los visitantes pueden ayudar a asearlos y ver la manada, pero sin espectáculos ni paseos.
UN APLAUSO PARA ESTAS INICIATIVAS QUE CADA VEZ SON MÁS. En Chiang Mai la más conocida es el Elephant Nature Park.

Y a ver como explicamos esto. Existe una fábrica artesanal que decidió reciclar desechos para transformarlos en productos de papel útiles, atractivos y amigables con el entorno. Desechos transformados en agendas, tarjetas, ramos de rosas, sombrillas.
¿Sabéis ya cual es ese desecho? CACA DE ELEFANTE.
Como lo oís! Acercaros a esta «fábrica de mierda» para verlo con vuestros propios ojos.
muay thai
El deporte nacional te dejará con la boca abierta.
Nos fuimos a ver Muay Thai al estadio nacional de Chiang Mai. Bueno, quien dice estadio nacional dice «antro de mala muerte con sillas de plástico a 45 grados y cerveza caliente»… y nos lo pasamos genial!!!
EL DEPORTE NACIONAL
Este arte marcial requiere agilidad y permite usar todo el cuerpo para derribar al adversario (pies, piernas, brazos, codos y rodillas, como cuando vas a las rebajas). Está prohibido golpear con la cabeza y hacer llaves desde el suelo. Nació como entrenamiento en la destreza de los soldados para combatir al enemigo, pero terminó siendo una disciplina también de Reyes e identifica a Tailandia por todo el mundo. Si tenéis la ocasión de ver un combate, ¡no os lo perdáis!
mercados nocturnos

Los sibaritas adoran los mercados de Chiang Mai, donde venden de todo (una bolsa de man gâa-ou, un fruto seco tostado, dejará boquiabiertos a los amigos a la vuelta).
Para disfrutar de estos rincones, sólo hay que meterse en el lío y actuar con soltura.
robablemente, el Night Market, sea el más famoso de Chiang Mai. Si viajáis en época de monzones, tal vez os pase como a nosotros y tengáis que esperar 15 minutos a que el diluvio universal pase agazapados en el almacén de un puesto mientras las calles se inundan y cientos (miles, diría yo) de cables pasan bajo vuestros pies y sobre vuestras cabezas. Entonces, aprenderéis a rezar a Buda.
balsas de bambú

Hemos sentido en nuestras propias carnes el miedo que se pasa en cualquier transporte en el que te montes en este país, y hemos probado unos cuantos: el tren de la muerte y las lanchas de la muerte (véase la entrada de Kanchanaburi), barco, tren eléctrico, tus-tuks, autobús conducido por un señor descalzo que no paraba de comer, long tail boat y ahora viene la mejor: UNA BALSA DE BAMBÚ. Y el problema no era la estabilidad de la balsa, no, no, ni el hombre que nos guiaba sin dientes que se reía sin parar, no, no, para mi lo peor de todo era pensar que iba a ser de nosotros si acabábamos en esas aguas marrones, marrones, marrones, tan marrón como el material que se utiliza para hacer las sombrillas tan cuquis que hemos visto antes.