UNA UTOPÍA HECHA REALIDAD.
ESTE MUSEO RECORRE TODA LA TRAYECTORIA DEL GRAN ESCULTOR DONOSTIARRA.
SE PUEDEN CONTEMPLAR SUS OBRAS AL AIRE LIBRE ENTRE HAYAS, ROBLES Y MAGNOLIOS, ASÍ COMO EN EL INTERIOR DEL CASERÍO QUE ÉL MISMO RECONSTRUYÓ.



eduardo chillida

«Zuhaitz baten modukoa naiz: sustraiak bere herrialdearen izanagatik, adarrak mundura zabalduta dauzkana”
Eduardo Chillida.
Así se definía el escultor vasco Eduardo Chillida “como un árbol, con las raíces en un país y las ramas abiertas al mundo”.
Y es que a lo largo de su vida, además de recoger infinidad de premios y condecoraciones, Chillida participó en centenares de exposiciones alrededor del mundo entero. Por ejemplo, la Bienal de Venecia (1958), el premio Carnegie (1965) o el Rembrandt (1975).
TODO EMPIEZA CON ILARIK.
10 de enero de 1924. Nace Eduardo Chillida en Donostia.
Estudia varios años en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura (ETSAM) sin completar el ciclo formativo como arquitecto, y continua una formación centrada en la escultura y el dibujo en el Círculo de Bellas Artes de Madrid.
Sus primeras esculturas son obras figurativas, como torsos humanos donde el punto de partida es la escultura griega arcaica.
Poco a poco empieza a modelar formas más abstractas.
Alrededor de 1951, comienza a trabajar en Hernani en una fragua, donde el hierro introduce un cambio fundamental en su trayectoria.
Huye de la imitación de la naturaleza y va en busca de la creación e invención. Cada una de sus obras plantea un problema espacial que trata de resolver con la ayuda del material, según las características o propiedades del mismo.
Y así nace ILARIK (Piedra Funeraria) su primera obra abstracta.
Y el resto, ya lo conocéis: El Peine del Viento (Donsotia), las puertas del Santuario de Arantzazu, Gure Aitaren Etxea (Gernika-Lumo), Alrededor del Vacío I (Bilbo), Alrededor del Vacío II (Chicago), Alrededor del Vacío IV (Basilea, Suiza), Proyecto Rumor de límites IX (Houston, EEUU), Lugar de encuentros II (Madrid), Elogio de la arquitectura III (Mannhein, Alemania), y un largo etcétera.
Fallece el 19 de agosto de 2002.
una utopía hecha realidad


El escultor junto con su mujer Pilar Belzunce compraron en los años ochenta el caserío Zabalaga donde hizo realidad su gran sueño de mezclar arte, espacio y naturaleza: «Un día soñé una utopía: encontrar un espacio donde pudieran descansar mis esculturas y la gente caminara entre ellas como por un bosque”.
El escultor no ve su sueño realizado hasta que el Chillida Leku abre sus puertas en el año 2000, dos años antes de su fallecimiento.
ZABALAGA BASERRIA
"El proyecto lo voy a llevar a cabo, pero no sé cuando. He empezado a guardar obras, pero este maravilloso caserío no será un museo, sino la señal de que soy de aquí. No quiero que sea una reconstrucción, la dejaré invariable y segura tal y como está, para llenarla de una estructura contemporánea: quiero que refleje el presente y el pasado "
harri, lurra, huts
PODÉIS ACERCAROS A VER LA ÚLTIMA EXPOSICIÓN DEL 06.02.2025 HASTA EL 26.05.2025



Son las palabras escogidas por Eduardo Chillida para nombrar sus esculturas. Con ellas, evoca la materialidad y significación de estos elementos que se incorporan en la obra como parte de su discurso escultórico.
HARRI-ORRI-AR
El título HARRI-LURRA-HUTS alude al juego piedra-papel-tijera.
En euskera se dice “HARRI-ORRI-AR”. La piedra gana a las tijeras porque las machaca. Las tijeras al papel porque lo cortan y el papel a la piedra porque la envuelve. El juego se practica en muchos países. En Japón, por ejemplo se conoce como JAN-KEN-PON y en Brasil, CA-CHI-PUN.
Este juego de palabras vibrantes, sonoras, remiten, por lo tanto, a que la elección de cada material está condicionada por su capacidad de transformación, donde la tierra, y especialmente, la piedra acogen el vacío en su interior.
harri

La piedra es un material que requiere tener las ideas claras antes de trabajo porque una vez que comienzas a trabajar ya no se puede corregir. Por eso el escultor tiene que estar muy atento y concentrado en lo que va sucediendo.
“Yo hablo con las piedras cuando trabajo con ellas. Les pregunto ¿qué quieres que te haga?»
¿SABEIS QUE…?
El granito que Chillida emplea para las series HARRI, LO PROFUNDO ES EL AIRE y ESCUCHANDO LA PIEDRA es un granito rosa procedente de la India.
El artista lo elige por sus cualidades estéticas.
Observad las tonalidades de las obras con detenimiento.
lurra

Cuando Chillida se inició en las tierras, le preguntaron en qué estaba trabajando, a lo cual respondió que estaba haciendo algo “entre el pan y el ladrillo”.
En los años 70 empezó a trabajar la tierra chalota en Saint-Paul-de-Vence, con el ceramista Hans Spinner. En ese momento, se reconcilió con la tierra, el material usado en la antigüedad por todas las civilizaciones.
¿SABEIS QUE…?
Las esculturas de tierra se elaboran con gres. Contienen óxido de hierro y un 60% de chalota. La chalota es un material refractario que tiene una alta resistencia al fuego. Las denominadas “lurrak” se cuecen a 1.350°C, en un horno de leña con atmósfera reductora. Se suprime el oxigeno, lo cual transforma los óxidos metálicos y revela los colores específicos del metal.
Mientras los “óxidos”, las esculturas que contienen grafismo, se cuecen en horno eléctrico con atmósfera oxidante. Tras una primera cocción a 1.300°C, se aplica un diseño con oxido de cobre, en una segunda cocción a 1.120°C la pasta se impregna y se define el color final.
huts

La visión del vacío de Chillida enlaza también con la tradicional mística, en la cual el vacío equivale al silencio, a la vibración muda, un modo de acercarse a lo inefable. La escultura sería entonces un camino para trascender hacia una experiencia espiritual.
¿SABEIS QUE…?
A Chillida le interesaba la filosofía oriental. En su biblioteca personal guardaba varios libros sobre el tema. Su visión del vacío como un elemento vivo coincide con la filosofía de Lao Tse, quien afirmaba “la gran música es muda” o que “la gran forma no tiene contorno”. En su clásico Teo Te Ching encontramos reflexiones sobre el vacío como esta: “Moldeamos arcilla par hacer un jarro pero es en el espacio vacío donde reside la utilidad del jarro”.