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DESCUBRIR. ESA ES NUESTRA MISIÓN DE HOY. DESCUBRIR SIERRAS ESCONDIDAS. POCO FRECUENTADAS. AHÍ ES DONDE PODEMOS ENCONTRARNOS FRENTE A FRENTE CON LA NATURALEZA. VAMOS A DISFRUTARLA, ENTONCES, EN SILENCIO, Y GUARDANDO EL SECRETO PARA MANTENERLA IMPERTURBABLE, ÚNICA Y SINGULAR. ¿NOS AYUDAIS?


RASO DE LEGAIRE (el parque megalítico)

Las campas de Legaire están salpicadas de monumentos que datan del Neolítico Medio. Se ha documentado alrededor de un centenar de construcciones prehistóricas. Esto lo convierte en el parque megalítico más grande de Euskal Herria.

Mientras paseamos por este cómodo terreno herboso, es imposible no dejar vagar nuestra imaginación para reencontrarnos con las personas que, hace unos 5.500 años, R-E-P-I-T-O: 5.500 años, decidieron levantar estos megalitos aquí.

Un montón de preguntas asolaran vuestra mente: ¿Quiénes eran? ¿Para qué lo hacían? ¿Por que en Legaire?… Os advertimos que ninguna de ellas tendrá respuesta.

Pero ¿qué nos decís sobre lo que habéis flipado entre estas construcciones prehistóricas? Eso, no os lo quita nadie.

Para nosotros, los más especiales han sido el gran menhir de Akarte, el túmulo de Atau, y por supuesto, el cromlech de Mendiluze (donde, por cierto, recibimos una visita muy especial…¿Queréis verlo? Sólo tenéis que pinchar aquí)

VAMOS A HACER MEMORIA: 
Mega-lito, significa "piedra grande", ¿pero sabéis cuantos tipos diferentes podemos encontrar en los 6 km2 que ocupa el raso de Legaire?
- MENHIR: Monolito hincado verticalmente, de altura variable, que sirve de hito en el paisaje (aunque su significado en incierto).
- TÚMULO: Acumulaciones, generalmente circulares de piedras pequeñas. Su función es diversa, aunque en ocasiones sirvieron para enterrar los restos de cadáveres o sus cenizas.
- DÓLMEN: Monumento funerario habitualmente caracterizado por un túmulo exterior y una cámara interior delimitada por grandes losas de piedra donde se depositaban los difuntos de una comunidad a lo largo del tiempo. Se trata de una construcción arquitectónica más antigua conservada en nuestro territorio.
- CISTA: una versión reducida del dolmen. Su cámara no mide más de 1 m2, por lo que se cree que se destinaban a inhumar a unos pocos individuos.
- CROMLECH: Círculo de piedras, entre las que a menudo se alzan varios menhires. A veces encierran enterramientos o incineraciones en su interior.

CANTERA DE BAIO

¿Y se puede saber de donde sacaban los grandes bloques de piedra para hacer esas construcciones megalíticas?

Si tenemos en cuenta la estructura geológica y los condicionantes litológicos de la Sierra de Entzia, son muy pocos los lugares donde puedan extraerse grandes bloques de caliza en superficie. Por eso, es bastante probable que los menhires y dólmenes que encontramos en las campas de Legaire, se construyeran con piedras procedentes de este lugar: la cantera de Baio, en lo alto del raso.

Se trata de calizas dolomitizadas del Paleoceno, formadas hace 60 millones de años en la plataforma marina noribérica.

¿CÓMO LO HICIERON?
Estas losas fueron extraídas y trabajadas con mazas de piedra (en el Neolítico no existían herramientas metálicas) y se transportaron empleando animales, arrastrándolas en seco o con la ayuda de narrias (una especie de carretilla).
Siglos más tarde, en la época romana y medieval, las mismas calizas se extrajeron en canteras del Raso de Zezama, a 3 km. en dirección al puerto de Opakua.

LABERINTO DE ARNO

SI ya de por si, sumergirse en un laberinto kárstico tiene un halo misterioso, imaginaos si lo hacemos cuando una densa niebla envuelve el lugar.

Las ramas tortuosas de estas hayas parecen retorcerse cómo intentando escapar de este paisaje recóndito. La imaginación nos juega malas pasadas obligándonos a detenernos ante las caprichosas formas de estas rocas calizas. Grises, ocres y amarillentos… los tonos terrosos invaden el laberinto, tan sólo distorsionados por el musgo. Un intenso verde impregna buena parte de las raíces que asoman por el manto de hojas que cubren el suelo. Hace frío y hay mucha humedad. Aún así, no queremos salir de este laberinto. Hay algo que nos atrapa. A pesar de tener todos los elementos en contra, hay un sentimiento reconfortante en este paisaje.

Quizá sea porque sepamos que muy cerca se encuentra le broche final, oculto, esperando a que lo encontremos: el arco de Arno o Zalamportillo.


CUEVA DE IGUARAN

¡VAYA! Y por si fuera poco, se pone a llover.

Una lluvia fina que comienza acariciando nuestra mejillas, muy sutil, sin apenas darnos cuenta y que poco a poco, termina calándonos. Caminamos atentos por el bosque porque sabemos que no hay indicaciones que nos lleven hasta la boca de la cueva. Buscamos hitos, esas señales de piedras amontonadas que nos indiquen la dirección. También hay varias marcas desgastadas en los árboles, parece que hace algunos años eran de color rojo intenso….

Y por fin, llegamos a la entrada de la cavidad. Es verdad, puede que a simple vista no sea la cueva más espectacular que hayamos tenido ante nuestras narices. Pero, os juramos, que plantarse frente al agujero de entrada envuelto en esta niebla que parece susurrarnos al oído palabras que no llegamos a entender, hace que se nos ericen la piel.

Además, hay empresas de espeleología que hacen visitas a las profundidades de esta cavidad. Puede que la próxima vez nos atrevamos a adentrarnos en este mundo subterráneo . Si hay por ahí algún valiente que ya lo haya hecho ¡somos todo oídos!


MIRUTEGI Y BAIO

Y ya va siendo hora de salir de las profundidades y tomar algo de altura.

Si la llanada alavesa fuera un mar, Mirutegi y Baio serían los farallones. Estos dos promontorios rocosos, de 1167m. y 1197 m, respectivamente, se alzan dominando la Sierra de Entzia.

Hay un montón de rutas que parten desde puntos diferentes para subir a estas cimas. Sin embargo, queremos compartiros nuestra RUTA CIRCULAR porque os permite, aparte de coronar estas dos cimas, pasar por los megalitos más importantes de las campas de Legaire, perderos por el laberinto de Arno y cruzar su arco, acercaros a las entrada de la cueva de Iguaran y descubrir la cantera de Baio. ¡D I S F R U T A D L A!


OJO DE LEGUNBE

Queremos compartiros OTRA RUTA, también circular. Esta vez nos acercaremos a la cima de Legunbe, al vértice septentrional entre Araba y Nafarroa, concretamente entre las Sierra de Entzia y Urbasa.

Mismo punto de partida que la anterior: el aparcamiento de Legaire, pero esta vez caminaremos por el cordal sin dificultad alguna hasta la cima de Legunbe, cima que cae a pico sobre la llanada alavesa. Pero, además, en la que aguarda una sorpresa: LEGUNBEKO HAITZULOA.

Aunque hoy en día la calma apacible de este lugar haga difícil creérselo, este doble ojo ha sido vigilante incansable de innumerables conflictos propios de pasos fronterizos, como asaltos a mercaderes y comerciantes que hacían el viaje Salvatierra -Logroño.

Dos cumbres tiene Legunbe separadas por un ojo natural de tres metros de altura: Legunbeko Haitzuloa. La cima oeste se ubica en territorio alavés, la del este, en Nafarroa.
¿PÒR QUÉ DOS CIMAS?
Los límites territoriales siempre han tenido un carácter sagrado. Estos lindes simbolizaban el espacio de cada comunidad y debían estar perfectamente delimitados por medio de piedras. Estos importantes mojones eran tradicionalmente revisados por los Concejos pues el no esclarecimiento de las divisorias, creaba grandes conflictos y problemas de competencia.
En cuanto a los límites de la Sierra de Entzia, se desconoce desde cuando quedó dividida en dos partes, la parte castellana y la navarra. Sabemos que en 1367 el rey navarro Carlos III, aprovechando las guerras civiles castellanas, recuperó de nuevo Agurain-Salvatierra para Navarra alegando que antes había pertenecido a su reino.
De lo que no hay ninguna duda es de la multitud de disputas y enfrentamientos que surgieron durante los tiempos de los reyes católicos a causa de la delimitación de las tierras.
Entendemos, por ende, que tanto el Partzuergo de Entzia como las ameskoas navarras se hayan estado disputando la cima de Legunbe durante siglos. En cualquier caso, y aunque las vistas desde ambas cimas pertenezcan a la misma tierra, nosotros, coronaremos las dos, que no queremos más desavenencias...

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