¿PLAYA O MONTAÑA?
SI NO OS DECIDÍS, POR LA MAÑANA OS PROPONEMOS UNA RUTA POR ESTE PARQUE NATURAL Y POR LA TARDE, BAÑO EN LA PLAYA DE ZARAUTZ.
PROBLEMA RESUELTO.
A un paso de la costa, entre Zarautz y Orio, se extiende el Parque Natural de Pagoeta, un paraje de enorme interés que os invitamos a descubrir:
PAGOETA POR LA FALLA DE AZKORTEAITZA
Os dejamos una ruta perfecta para una mañana veraniega, por si a la tarde queréis daros un chapuzón en la playa de Zarautz. Se trata de un paseo sencillo, enclavado en un rincón único que alberga una de las mayores densidades de tejos del continente europeo.
Pero los tejos no serán los únicos alicientes de nuestro paseo. NO. También visitaremos un nevero, el de Sagastizabal. Cuesta creer que no hace tanto tiempo aquí se conservaba el hielo para que los señoritos de Zarautz se tomaran sus refrigerios veraniegos.. También atravesaremos el hayedo de Elutsaundi, con sus hayas bravas, sin trasmochar, que alzan sus finos y rectos troncos hasta casi alcanzar el cielo. Y por si esto fuera poco, atravesaremos una zona especialmente interesante: la falla de Azkorteaitza. Esta brecha caliza aparece en una zona cubierta de helechos y musgo. Mientras caminamos a través de sus imponentes paredes verticales nos preguntamos cómo es posible que los viejos tejos resistan ahí arriba con sus raíces al aire entre fisuras rocosas.
TAXUS BACCATA
El tejo es el último dinosaurio verde que queda en Europa, el único superviviente de la familia de árboles del Jurásico.
Es un poco complicado: hay tejos macho y tejos hembra (y nuponemos que también habrá tejos no binarios).
Las hembras producen unos frutos rojos bonitos... que, spoiler, son venenosos. Vamos, que si os los coméis, os la jugáis.
Pero, no sólo los frutos, Todo el árbol está cargado de una sustancia llamada taxina, que es básicamente su forma natural de decir “¡aléjaos, humanos!”.
Aún así, los pueblos antiguos lo veneraban como un árbol sagrado con poderes mágicos.
PAGOETA POR LA FERRERÍA DE AGORREGI
Si os ha sabido a poco, os proponemos otra ruta que también nos lleva por la cima de Pagoeta, pero esta vez pasaremos por la ferrería de Agorregi. Y si nunca habéis visto una ferrería del siglo XVIII en funcionamiento, merece la pena acercarse a visitarla. Aquí os dejamos toda la info.
AL COMPÁS DEL MARTINETE.
Hubo un tiempo en el que casi todo nuestro territorio palpitaba al compás del martinete, respiraba a través de gigantescos fuelles y brillaba a la luz del fuego de la fragua. El nuestro fue, durante siglos, un país de ferrerías, de ferrones. Aunque la obtención de metales se remonta a tiempos inmemorables, el auge de la ferrería vasca se produjo durante la Edad Media. El aumento del comercio en una época de crecimiento demográfico, provocó una demanda cada vez mayor de hierro para fabricar herramientas, armas, aperos… Los metales entraron a formar parte de la vida cotidiana.
Nuestra tierra reunía, además, tres condiciones necesarias para la fabricación de hierro: yacimientos de vena, abundantes bosques de madera y corrientes de agua. Y añadiremos una cuarta: los ferrones (olagizonak), hombres hábiles en el arte de convertir con fuego y fuerza, la piedra en metal.
PINTURAS RUPESTRES DE ALTXERRI
El pueblo de Aia guarda en sus entrañas una auténtica joya. Se trata de la cueva de Altxerri. En la actualidad no se puede visitar para preservar lo que guarda en su interior. Se trata de pinturas rupestres que datan del Paleolítico Superior. Posee alrededor de ciento veinte grabados, de los cuales noventa y dos son de animales. El bisonte es el animal más representado, pero también están presentes el reno, aves, peces, así como algún zorro.
LAS PINTURAS RUPESTRES MÁS ANTIGUAS DE EUROPA
Un estudio realizado en al año 2013 ha datado las pinturas de una de las galerías de Altxerri como las más antiguas de Europa, con una edad estimada de 39.000 años.
Y aunque la mayoría de nosotros no la conozcamos, Altxerri es uno de los grandes conjuntos de grabados del Cantábrico. Fue declarada Patrimonio de la Humanidad en 2008, junto con otras cuevas situadas en el norte de la península, como parte del conjunto "Cueva de Altamira y arte rupestre paleolítico de la cornisa cantábrica".