PASEAR EN SILENCIO ENTRE LAS KHAZIRAS DE LA CIUDAD DE LOS MUERTOS ES UNA EXPERIENCIA SAGRADA.

Visitar este país en pleno invierno nos ha regalado mucho frío y la posibilidad de haber visitado monumentos declarados Patrimonio de la Humanidad en la más absoluta soledad.
Eso es precisamente, lo que hemos podido experimentar en Chor-Bakr, La Ciudad de los Muertos, a apenas 5 kms. de Bukhara.

Al cruzar la entrada del recinto, de nuevo se tiene esa sensación de estar ante algo grande, esto empieza a ser usual en este país… puede que incluso se acelere algo el pulso ante este magnífico conjunto arquitectónico. Hoy no hay nadie en su interior, los únicos vivitos y coleando paseando por sus callejones somos nosotros dos.
UN POCO DE HISTORIA

Hace más de mil años, cuando Bukhara estaba bajo la dinastía samánida, se enterró aquí a Abu-Bakr-Said, uno de los cuatro hermanos descendientes del profeta Mahoma. Durante siglos, enterraron a sus familiares en este cementerio.

Con los años la necrópolis continuó desarrollándose.
Se construyeron una mezquita y edificios de khonaqo (un tipo de albergue muy extendido en el mundo musulmán para albergar principalmente a derviches). También ayvan (porche) con khudjras, una madrasah un minarete (que imita, en miniatura, al alminar Kalon), tumbas con cubiertas de cúpula…
El complejo que ocupa tanto el memorial como el cementerio antiguo equivalente a 3 hectáreas.

Según la UNESCO, el punto fuerte de la necrópolis es su forma planificada. . El monumento, sometido a obras de restauración menores, presenta pérdidas de decoración arquitectónica y en algunos edificios se han perdido las cúpulas. Aún así, el complejo Chor-Bakr en su conjunto ha conservado el 80 % de su autenticidad e integridad.

ESTRUCTURAS DE TUMBA ÚNICAS Si por algo se distingue Chor-Bkr del resto de enterramientos religiosos en Uzbekistán, es por la Khazira: un tipo de estructura funeraria que consta de un patio rodeado de muros sólidos, con una única entrada en forma de puerta bellamente decorada. Todo el complejo está construido de la misma manera. A la khazira de Abu-Bakr-Said, que está enterrado junto a sus hermanos, situada en la parte noroeste del complejo, se accede a través de un largo pasillo en el que cada paso resuena en las paredes de ladrillo.
