UNA ESCAPADA EXPRÉS PARA VISITAR LA CIUDAD NATAL DE TAMERLÁN.
En nuestra visita a Gur-e-Mir en Samarcanda, os explicamos que la preferencia del Emir Timur para pasar el resto de la eternidad no era el mausoleo, sino, su ciudad natal: Shahrisabz.
Se dice que tiempo atrás Shahrisabz, llegó a ser más bella que la propia Samarcanda.
El Emir Timur quiso convertir su ciudad natal en una especie de mausoleo familiar Aunque si nos habéis acompañado a nuestra visita a Gur-e-Mir en Samarcanda, ya sabéis que los deseos del emir nunca se hicieron realidad.
Aún así, estamos seguros que si Tamerlán quería pasar en Shahrisabz el resto de la eternidad, por algo sería. Vamos que tiene para ofrecernos:
– Señor taxista, ¿cuánto nos cobraría por cruzar el paso de Takhtakaracha a 1788 m. y recorrer los casi 90 kilómetros que nos separan de Sharisabz? ¿40 €? ¿Y si lo dejamos en 30€? Perfecto. RAHMAT!
Y ahí estamos, a las 08:00 de la mañana subidos en ese Chevrolet blanco que funciona con metano surcando los pasos de montaña uzbekos sin cinturones de seguridad ni estampitas a las que acogernos. En unas 2 horas, que parecen 20, llegamos a la entrada de la ciudad natal de Tamerlán.
Cruzamos la muralla y el plato fuerte de la jornada aparece ante nuestro ojos:
AK SARAY (EL PALACIO)
Estamos ante las ruinas del que iba a ser el palacio más grande jamás construido en el mundo.
Hoy sólo se conservan los dos muros del portal de entrada y, a lo mejor, por eso, tenemos que hacer grandes esfuerzos para imaginarnos el tamaño original del monumento, que, aún así, se intuye majestuoso.
TAMERLÁN (LA ESTATUA)
Hay que acercarse a la estatua para ver la devoción que los uzbekos profesan a este personaje; pero, sobretodo, hay que acercarse para echarle un poco de imaginación al asunto: ATENCIÓN: Acabamos de visitar la entrada del palacio, y se supone que la estatua está ubicada en la parte central del palacio. ¿Veis los muros de entrada de Ak Saray allá a lo lejos? La construcción de este palacio fue una auténtica bilbainada…
KOK GUMBAZ (LA CÚPULA AZUL)
Seguimos nuestro camino entre museos y mezquitas, pero los ojos van todo el rato fijos en la deslumbrante cúpula turquesa. Se trata de la Mezquita Kok Gumbaz, obra de Ulugh Bek, el nieto de Tamerlán ( te hablamos de él en nuestra visita a Samarcanda). Su nombre significa cúpula azul, el tío era muy bueno en astronomía, pero poniendo nombres a sus edificios original, lo que se dice original no era…
Frente de la mezquita visitamos dos pequeños mausoleos, el de la izquierda, Shaikh Shamseddin Kulol está dedicado al tutor espiritual de Tamerlán; el de la derecha, Gumbazi Seyidan, a los descendientes de Ulugh Beg.
DORUS SAODAT (EL MAUSOLEO)
Jahangir, hijo mayor de Tamerlán, y por tanto, heredero al trono, murió cuando solo tenía 20 años. Tamerlán, ante la muerte de su hijo predilecto, quiso erigir un mausoleo, cuyo lujo y esplendor reflejaran todo su amor. Su construcción finalizó en 1392 y llegó a ocupar 3.500 m2.
Al lado de la tumba de Jahangir, se encuentra la mezquita Khazarati-Imom, con su impresionante ayvan (porche), donde los fieles dejan sus zapatos durante las horas de la oración.
Y finalizamos con la que iba a ser la cripta de Tamerlán, que, efectivamente, nada tiene que ver con Gur-e-Mir (donde realmente está enterrado): una escueta puerta de madera, unas escaleras que descienden y una sala sin más decoración que un par de citas del Corán alrededor de la tumba de piedra.
PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD… POR LOS PELOS
Hace aproximadamente 10 años, reconstruyeron toda la ciudad intramuros para construir un parque al más puro estilo “Portaventura”. Hicieron jardines alrededor de los principales puntos de interés, avenidas adoquinadas y hoteles y restaurantes alrededor de todo el patrimonio histórico. Esta mala decisión arrebató el alma, la autenticidad de esta joya, y la UNESCO a punto estuvo de sacar Shahrisabz de la Lista del Patrimonio Mundial.