sitorai mokhi-khosa


¿QUERÉIS DELEITAROS CON LOS LUJOS Y EXCENTRICIDADES QUE EL ÚLTIMO EMIR TENÍA RESERVADOS EN SU RESIDENCIA ESTIVAL? ES AQUÍ.


A unos 7 kilómetros del centro de Bukhara, se encuentra el palacio de verano del último Emir.

Antes había muchos más, pero hoy en día en el territorio de Uzbekistán quedan muy pocos palacios de los khanes, porque a principios del siglo XX, durante la época soviética, muchos de ellos fueron destruidos.

Sitorai Mokhi-Khosa se considera uno de los pocos palacios que se han podido conservar hasta hoy en día en su aspecto casi original. Cuando Uzbekistán obtuvo la Independencia, el gobierno consiguió devolver parte de sus adornos del palacio, así podemos hacernos una idea de la majestuosidad y lujo que lo caracterizaron antaño.

Atravesamos la puerta principal del palacio. Una obra maestra desde la que se accede al patio exterior. Este patio es conocido como patio de los artesanos, porque aquí se dedicaban a sus oficios los joyeros, caldereros, orfebres, bordadores, calígrafos, pintores… Los invitados que acudían al palacio contemplaban el trabajo de los artesanos del palacio.

Para acceder al patio interior, tenemos que acceder por una segunda puerta. Esta es de madera de olmo y su decoración es más sencilla que la de la puerta principal.

Una vez que hemos accedido al patio interior, nos encontramos con el primer edificio. Es la sala de recepciones y tiene forma de “U”.

En su interior alberga la sala blanca, un corredor, un dormitorio, una sala de espera bordada, una sala de ajedrez, , un salón de té con ventanales, salones de banquetes…. Es sin duda, el más majestuoso del complejo y su objetivo era mostrar a los invitados el poder del khan. OBJETIVO CUMPLIDO. 

La Sala Blanca está cubierta con escayola tallada “gulgancha”, que hoy en día deslumbra con por blancura impoluta.

Nuestra siguiente parada es el edificio que se encuentra junto al estanque. Se trata del harén.

Aunque no se pueden ver las habitaciones de la parte superior, nos deleitamos con la multitud de exhibiciones de interminables adornos que encontramos en la planta baja. También cuenta con un pequeño museo sobre el arte del suzani. Una técnica de bordado artesanal que las mujeres aprenden desde su infancia. Los motivos suelen representar flores de granado, almendros, o moreras y .a veces, figuras geométricas. Cabe destacar que la escuela de bordado de Bukhara gozaba de muy buena reputación entre los centros regionales de este arte.

No podemos abandonar este edificio sin admirar los adornos en el techo y las chimeneas originales, cuyos azulejos confieren al edificio una espléndida belleza.

En el lado sur hay un edificio de ladrillo de dos plantas que consta de varios almacenes, cocina y terraza con alminar.

Y por último, el edifico que se construyó más tarde. Se trata de la casa de invitados. El pabellón cuenta con ocho habitaciones y en nuestra visita pudimos admirar la exposición de trajes nacionales del siglo XIX.

¿POR QUÉ AQUÍ?
Cuentan que el Emir, para elegir la ubicación de lugares importantes, ordenaba depositar cadáveres de ovinos por diferentes lugares. El cuerpo que tardase más tiempo en descomponerse sería el lugar elegido.

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